viernes, noviembre 17, 2006

Potencia sexual y disfunción eréctil

Cuando abordamos el tema de la potencia sexual masculina, es inevitable asociar el término disfunción eréctil como sinónimo de la impotencia sexual, conocer la diferencia entre estos términos puede despejar muchas dudas.
Tanto en el tema de la disfunción eréctil como en el de potencia sexual masculina, se debe tomar en cuenta que hay una gran cantidad de factores que influyen sobre ellas. La disfunción eréctil es la incapacidad de lograr una erección satisfactoria para el desempeño de la relación sexual. La impotencia es un término más amplio que incluye en un porcentaje significativo a la disfunción eréctil. En la impotencia sexual se tiene problemas del sistema nervioso, problemas hormonales, problemas vasculares y problemas de la anatomía del miembro o del músculo liso y de su capacidad de incrementar o disminuir su tamaño. Los trastornos del sistema nervioso pueden ser centrales o periféricos aún al margen de los estímulos que desencadenan la excitación y su respuesta sexual, a parte de esto, según el Dr. Mario Guerra, de Laboratorios Vijosa, hay múltiples causas que afectan a esta etapa, entre ellas está la integridad de los nervios, el cansancio, la fatiga, el consumo de “drogas sociales” como el alcohol y el tabaco, además pueden influir los medicamentos de uso cotidiano, como antidepresivos y antihipertensivos, que pueden ser el origen de hasta un 25% de los casos de impotencia, no sólo de disfunción eréctil de origen vascular, también pueden afectar hernias de disco y cirugías pélvicas. “No todo paciente impotente va a tener disfunción eréctil vascular, pero todo paciente con disfunción eréctil de tipo vascular es impotente” dice.
En Estados Unidos, las estadísticas confirman que hay de 20 a 30 millones de hombres que sufren impotencia de origen vascular, pero hay otra cantidad más que la padecen por diferentes motivos y que son objeto de investigación para determinar las causas y poder mejorar sustancialmente la calidad de vida.
Padecer ciertas enfermedades predispone a tener impotencia sexual, incluyendo un daño a la microcirculación. La hipertensión arterial y la diabetes mellitus son algunas de las enfermedades que dañan la circulación sanguínea, principalmente a nivel de pequeños vasos sanguíneos. Por ejemplo, un 20% de los hombres que padecen Diabetes Mellitus pueden llegar a sufrir de impotencia sexual porque hay daños nerviosos de origen metabólico, disminución en la producción de hormonas y también daño en la microcirculación, por esa razón se tienen respuestas inapropiadas cuando un paciente está recibiendo un medicamento tradicional de las sales especializadas y por ello el paciente no responde satisfactoriamente en su mecanismo de erección. Enfermedades como la Dislipidemia (colesterol y triglicéridos altos) contribuyen a que un paciente presente alteraciones en su potencia sexual. Todas estas enfermedades tienen un efecto sumatorio, es decir un hombre diabético, hipertenso y con problemas de colesterol y triglicéridos tiene un alto riesgo de sufrir de impotencia sexual, además del efecto que pudiera causar el consumo de los medicamentos para tratar estas enfermedades. “Un 50% de los pacientes que tienen un déficit de hormonas (producción de testosterona o calidad de la hormona) también desarrollan impotencia” recalca el Dr. Guerra.
La edad es otro factor que aumenta la incidencia y el riesgo de sufrir impotencia, se conocen casos de hombres menores de 40 años que la padecen. Existen una variedad de presentaciones clínicas de impotencia que van desde una flacidez completa (que no responde a ningún tipo de estímulo), erección flácida y una erección satisfactoria, pero que no se logra mantener debido a las fallas que pueden ser neurogénicas, arteriogénica y veno-oclusiva. Hay una delgada línea entre impotencia sexual y disfunción eréctil. La impotencia sexual es un término más amplio y multifactorial, es decir, que puede tener como origen varias causas; en cambio la disfunción eréctil es aquella cuyo origen es un problema vascular. El tratamiento dependerá de las causas; el médico tendrá que evaluar integralmente al paciente para que éste obtenga los mejores resultados.
Es importante aclarar que no existe un tratamiento generalizado para todos los tipos de impotencia sexual o la disfunción eréctil. El médico debe hacer una evaluación para identificar el nivel de daño o fallo y abordarlo según sea el caso, que puede ser desde medicamentos que activan diferentes niveles de la impotencia sexual, ya sean estos orales y/o locales, hasta las bombas de vacío o prótesis peneanas.
Con frecuencia, muchos hombres consultan cuando ya la enfermedad está avanzada, revertir ese proceso o minimizar su impacto se vuelve más difícil, pero todavía hay esperanza ya que un alto porcentaje de hombres mejora cuando se someten a tratamiento para la impotencia sexual.

miércoles, noviembre 15, 2006

La medicina sexual moderna se encuentra con Sigmund Freud en la capital de su herencia

El 9 Congreso de la Sociedad Europea de Medicina Sexual (ESSM) se celebrará del 3 al 6 de diciembre de 2006 en el Centro de Congresos de Hofburg en Viena. Prestigiosos expertos europeos comentarán los últimos desarrollos científicos en sexualidad humana y sus funciones. Los temas estudiados incluyen: la ciencia de la respuesta sexual de la mujer; la relación entre función sexual, satisfacción y calidad de vida; nuevos desarrollos en la dirección médica y quirúrgica de disfunción eréctil (ED); eyaculación precoz; el rol de las hormonas. Un aspecto vital del congreso es la oportunidad que proporciona para una colaboración interdisciplinar. También: el estudio de la salud sexual de las mujeres sigue creciendo en prominencia. Casi todos los cuidados médicos pueden tener un impacto en la sexualidad. Incluso hoy en día, la sexualidad sigue siendo un tema tabú en las consultas médicas; muchos médicos rara vez, si acaso, preguntan a sus pacientes acerca de ello. Aunque la disfunción sexual puede aparecer en numerosos campos de la medicina como síntoma de otra enfermedad, o el efecto secundario de un tratamiento que se tiene que tomar en serio.
Por ejemplo, los diabetólogos deben ser conscientes que hasta el 50% de los diabéticos padecen de desórdenes sexuales; los reumatólogos pueden interesarse por la disfunción sexual puesto que la administración de analgésicos puede reducir el estímulo sexual; psiquiatras deben prestar atención al ED como un signo temprano de depresión y que los problemas con deseo de erección y orgasmo son efectos secundarios comunes de una medicación antidepresiva. La sexualidad de las mujeres tiene sus propias normas. Hasta el 2004, los congresos sobre medicina sexual trataban principalmente con el ED. Ahora debemos aceptar el hecho que, para disfrutar de una vida sexual satisfactoria, la mujer necesita algo más que una pareja que esté sana. La disfunción sexual siempre involucra a dos personas. La ciencia cada vez más reconoce que la persona que está más afectada de forma obvia por un desorden sexual, el paciente, no lo padece solo. Los estudios están empezando a centrarse más en la pareja como una entidad y en el impacto que la disfunción sexual del hombre o la mujer posee sobre ellos mismos. El funcionamiento no garantiza el bienestar. 'La calidad de vida' es otro tema importante que no ha recibido suficiente atención en el pasado. A pesar del tratamiento con éxito, el bienestar no está garantizado -ni para el individuo ni para la pareja-.
Otros temas del 9 Congreso ESSM:
--Administración en demanda de inhibidores PDE5 como la Viagra(R), Levitra(R) o Cialis(R) solo para el propósito de inducir una erección podrían estar desfasados muy pronto. Los estudios más recientes sugieren que la dosificación crónica puede tener efectos beneficiosos en la salud cardiovascular.
--La evidencia señala el camino de que puede haber un enlace entre la disminución de producción de hormonas sexuales, como testosterona, y el desarrollo de síndromes metabólicos en hombres envejeciendo.
--Parejas envejeciendo: A lo largo de cambios demográficos, la medicina sexual se enfrenta a una necesidad creciente para proporcionar cuidados apropiados para las necesidades especiales de las personas mayores.
--La eyaculación precoz afecta hasta el 40% de hombres, por lo tanto siendo más común que la disfunción eréctil. Una gama de opciones de tratamientos farmacológicos y no farmacológicos están disponibles actualmente.
Acerca de ESSM
La Sociedad Europea para la Medicina Sexual se fundo en 1995 con el fin de promocionar progresos científicos, formación y cooperación entre profesionales en el campo de la medicina sexual. 13 sociedades nacionales con un total de 1.400 miembros están afiliados a la ESSM. El encuentro anual del ESSM de este año se celebrará en Viena, la ciudad de Sigmund Freud, que fue el primero en describir los efectos de las fuerzas sexuales en las capas del consciente.

martes, noviembre 14, 2006

El “cibersexo” genera aislamiento

La web genera nuevas prácticas sexuales, ante las cuales los especialistas en tratar problemas de la sexualidad tienen posiciones tomadas. Tal vez haya pasado muy poco tiempo como para establecer ciertamente qué es lo normal o qué no lo es; no existe aún una investigación del cibersexo, aunque por lo pronto ya se pueden vislumbrar algunas problemáticas.
Dado su crecimiento -se estima que millones y millones de personas buscan pareja, real o virtual, a través de Internet-, el cibersexo debe ser entendido como una nueva forma de sexualidad basada, fundamentalmente, en que los estímulos principales son virtuales. Siendo así, la visión de la relación sexual como una actividad de carácter íntimo y privado entre dos personas, en la que se comparten las emociones, el placer, la comprensión, y se fortalecen vínculos de apreciación y respeto, queda puesta en duda como prototipo de la normalidad.
Uno de los grandes atractivos de esta forma de sexualidad es la posibilidad de entregarse a sus mieles sin tener que preocuparse por la prevención de enfermedades, la eventualidad de un embarazo no deseado, la posibilidad del rechazo y otras complicaciones que conllevan las relaciones carnales reales.
De lo que los “cibernautas” no pueden escapar, al parecer, es de la necesidad de evitar la adicción a la red y el aislamiento que es capaz de provocar el mundo virtual. “La compulsión por el uso de Internet puede tener consecuencias tanto o más graves que la adicción a las drogas, al alcohol o el juego –señala Beatriz Literat, del departamento de Disfunciones Sexuales del instituto médico Hálitus–.
Una persona adicta dedica gran parte de sus horas diarias a la búsqueda y al cumplimiento de sus fantasías sexuales. Esta adicción puede generar comportamientos fuera de lo normal, como aislamiento y pérdida progresiva de la capacidad de relacionarse cara a cara”. La terapeuta opina: “si bien la computadora ofrece una alternativa sexual más, el cibersexo contribuye a banalizar la sexualidad y a quitarle sus rasgos más humanos y ennoblecedores”. El erotismo, señala, requiere de los sentidos -vista, oído, olfato, tacto y gusto- para estimularse. Y en los encuentros virtuales, sólo se ven palabras escritas, excepto cuando se utiliza la cámara de video. La especialista cree necesario advertir que si se llegara a reemplazar la sexualidad real por la virtual, y si una persona hallara en estas prácticas mayor satisfacción que en los encuentros de persona a persona, se estaría ante una sexualidad limitada.
Los puntos a revisar, según enumera la profesional consultada, son: posible personalidad adictiva, posible baja autoestima y necesidad de apego compulsivo a situaciones o elementos que le confirmen a la persona su valía.
La especialista ha tenido consultas de personas tímidas o con fobia social, que tenían miedo del rechazo y recurrían al cibersexo; pero también, “consultas de personas que no estaban conformes con sus parejas y se desquitaban con el chateo, una suerte de infidelidad virtual”, que podía derivar en una relación extraconyugal real, o no.

sábado, noviembre 11, 2006

¿Quién teme a la eyaculación precoz?

A fecha de hoy, retrasar el momento de la eyaculación constituye una de las preocupaciones masculinas más extendidas. De hecho, entre los varones, la eyaculación precoz y la disfunción eréctil son los problemas sexuales que con más frecuencia nos consultan a los sexólogos.
La clave fundamental del problema es la propia concepción que se tiene de precocidad y la preocupación muestra las mismas características en relaciones hetero u homosexuales. Lo inmediato, y en apariencia sencillo, es cuantificar el tiempo que transcurre desde la penetración hasta la eyaculación. Descartados los claros casos de eyaculación tan precoz que el coito -sea vaginal o anal- se hace imposible, la preocupación surge cuando eyaculando durante la penetración, se hacen reproches sobre su excesiva rapidez o ausencia de control asumiendo que por ello la pareja no llega a disfrutar lo que podría.
Cronómetro en mano, recientemente se han realizado algunos estudios por una industria farmacéutica, que considera la posibilidad de lanzar un fármaco que permita retardar el momento de la eyaculación. En otra ocasión reflexionaremos sobre él y sobre otros tipos de intervención para abordar los problemas de precocidad eyaculatoria. Así, en el último año se han difundido datos tales como que el hombre que se considera normal tarda en eyacular 7,3 minutos, en tanto que los autocalificados como precoces eyaculan en 1,8 minutos de coito.
Aprender y ejercitar el control voluntario 'razonable' del momento en que se eyaculará, más que el cronómetro, es fundamental para resolver este problema. Puesto que la eyaculación -y el orgasmo, usualmente asociado- es una respuesta vegetativa, la capacidad de 'control voluntario' está muy matizada tanto por factores personales, que van desde el rasgo de carácter (cuanto más ansioso, más rápidas todo tipo de respuestas, también las sexuales) hasta los múltiples aspectos dependientes de la situación concreta: pareja, contexto, experiencia propia -de la pareja y de ambos-, estado físico, motivación, estado de animo, conflictos, etc.
Es cierto que el control es importante, pero entendido de forma razonable, ya que la exagerada preocupación por controlar la emisión de esperma, además de interferir en el placer, puede tener el efecto contrario y por el nerviosismo, hacer que se eyacule antes.
La clave está en mantener un control razonable vinculado a la auténtica necesidad que se experimenta. Para esto lo mejor es una cierta actitud de autoescucha positiva -no autoobservación crítica-, ser condescendiente y tener confianza y complicidad con la pareja. Y para los más jóvenes, ¡animo todo se aprende! Aprovechad que tenéis más facilidad para repetir.
¿Te has encontrado dudando sobre tu precocidad en alguna ocasión? ¿Has tenido la impresión de que tu pareja era precoz? ¿Habéis hablado sobre ello? ¿Cuál ha sido tu momento más rápido?