sábado, noviembre 11, 2006

¿Quién teme a la eyaculación precoz?

A fecha de hoy, retrasar el momento de la eyaculación constituye una de las preocupaciones masculinas más extendidas. De hecho, entre los varones, la eyaculación precoz y la disfunción eréctil son los problemas sexuales que con más frecuencia nos consultan a los sexólogos.
La clave fundamental del problema es la propia concepción que se tiene de precocidad y la preocupación muestra las mismas características en relaciones hetero u homosexuales. Lo inmediato, y en apariencia sencillo, es cuantificar el tiempo que transcurre desde la penetración hasta la eyaculación. Descartados los claros casos de eyaculación tan precoz que el coito -sea vaginal o anal- se hace imposible, la preocupación surge cuando eyaculando durante la penetración, se hacen reproches sobre su excesiva rapidez o ausencia de control asumiendo que por ello la pareja no llega a disfrutar lo que podría.
Cronómetro en mano, recientemente se han realizado algunos estudios por una industria farmacéutica, que considera la posibilidad de lanzar un fármaco que permita retardar el momento de la eyaculación. En otra ocasión reflexionaremos sobre él y sobre otros tipos de intervención para abordar los problemas de precocidad eyaculatoria. Así, en el último año se han difundido datos tales como que el hombre que se considera normal tarda en eyacular 7,3 minutos, en tanto que los autocalificados como precoces eyaculan en 1,8 minutos de coito.
Aprender y ejercitar el control voluntario 'razonable' del momento en que se eyaculará, más que el cronómetro, es fundamental para resolver este problema. Puesto que la eyaculación -y el orgasmo, usualmente asociado- es una respuesta vegetativa, la capacidad de 'control voluntario' está muy matizada tanto por factores personales, que van desde el rasgo de carácter (cuanto más ansioso, más rápidas todo tipo de respuestas, también las sexuales) hasta los múltiples aspectos dependientes de la situación concreta: pareja, contexto, experiencia propia -de la pareja y de ambos-, estado físico, motivación, estado de animo, conflictos, etc.
Es cierto que el control es importante, pero entendido de forma razonable, ya que la exagerada preocupación por controlar la emisión de esperma, además de interferir en el placer, puede tener el efecto contrario y por el nerviosismo, hacer que se eyacule antes.
La clave está en mantener un control razonable vinculado a la auténtica necesidad que se experimenta. Para esto lo mejor es una cierta actitud de autoescucha positiva -no autoobservación crítica-, ser condescendiente y tener confianza y complicidad con la pareja. Y para los más jóvenes, ¡animo todo se aprende! Aprovechad que tenéis más facilidad para repetir.
¿Te has encontrado dudando sobre tu precocidad en alguna ocasión? ¿Has tenido la impresión de que tu pareja era precoz? ¿Habéis hablado sobre ello? ¿Cuál ha sido tu momento más rápido?

1 comentario:

Anónimo dijo...

no se masturben lese cuento q tambien yo me masturbo a diario unas 2 ves masomenos y ahora siento unos dolores en uno de mis testiculos y tambien q me da como un calambre a toda la pierna creo q algunas cosas q dicen son mitos pero otras tiene razon aganme caso