domingo, enero 14, 2007

Cómo reaccionar ante una impotencia sexual

Impotencia sexual“La impotencia es una disfunción sexual masculina, que afecta mucho la autoestima y la seguridad sexual de un hombre, puede presentarse en ocasiones debido a un tema de ansiedad, estrés, cansancio, tabaquismo, consumo de alcohol o drogas, etcétera, o en forma más permanente en el tiempo, necesitando tratamiento”, explica la sicóloga Esther Morales.
Por ello, “si el hombre presenta una impotencia frecuente, es bueno que consulte un urólogo, que descarte problemas físicos. Si el problema es de causa sicológica o relativo a la relación de pareja, una terapia sicológica individual o de pareja puede ayudar a resolver el problema de fondo, evitando que el hombre quede condicionado, y que el temor a tener malas erecciones o no tenerlas, le produzca una angustia o miedo anticipatorio ante una nueva relación sexual”, dice la especialista.
¿De qué estamos hablando?
Según la enciclopedia médica Medline, la impotencia es “la incapacidad de lograr o mantener una erección del pene que sea lo suficientemente firme para que un hombre tenga una relación sexual. Es posible que el hombre no pueda lograr una erección en absoluto o que la pierda durante el coito antes de estar listo. Si la condición persiste, el término médico es disfunción eréctil”. Este problema es muy común entre los hombres adultos, e incluso se podría decir que todos alguna vez presentan algún tipo de dificultad en la erección. El tema es que en este caso es progresivo y afecta la autoestima y su vida íntima de sobremanera, por lo que requiere de tratamiento.
¿Cómo saber si se tiene ese problema?
“Si un hombre tiene dificultad para lograr o mantener una erección más del 25% de las veces, se considera un problema”, afirma Medline.
¿Qué hacer si tu pareja es impotente?
“En primer lugar es importante que la mujer pueda comprender las razones de la disfunción eréctil (impotencia), lo cual implica como mínimo un diálogo franco y abierto con su pareja y, quizás, la orientación del especialista en sexualidad. Entre las múltiples causas pueden estar incluidas enfermedades médicas y sicológicas, uso de determinados fármacos, temor al fracaso sexual, otros miedos, estimulación insuficiente o inadecuada, estrés, preocupaciones y una larga lista de etcéteras”, explica el sicólogo y sexólogo Ezequiel López. Y añade: “Al entender los motivos de las disfunción, la mujer evitará algunas interpretaciones típicas como "ya no te atraigo", "esto te pasa porque no me quieres" o "seguro que hay otra persona". Esos pensamientos generan angustia, enojo o resentimiento, y no hacen más que alejar a la mujer de su pareja y presionarlo directa o indirectamente, con lo cual aumentarán las exigencias por el rendimiento del varón, lo que resulta letal para el mecanismo de la erección”.
Otra manera de jugar
Para la sicóloga Esther Morales, la impotencia en la pareja requiere de un cambio de conducta y en la forma de ver el sexo de sus protagonistas. Para ello aconseja que “durante el contacto íntimo, es bueno continuar con el juego sexual, conversar, relajarse y la erección puede venir en forma natural después de un momento. Además, el hombre puede dar placer a su compañera con bonitas palabras, caricias, besos, sexo oral, etcétera, y llevarla a tener un orgasmo, sin necesidad de penetración. Es sabido que después del coito, el hombre tiene un período refractario, ya que la eyaculación implica un enorme desgaste energético, que lo hace quedar cansado. Es recomendable que si se presenta un problema erectivo, la mujer evite presionar o humillar al hombre, mostrando abiertamente su frustración o culpándolo por algo que no puede controlar voluntariamente”.
La importancia de la comunicación
“La comunicación verbal es esencial, entonces, para evitar las distorsiones en el modo de pensar la situación y, además, es una manera de canalizar los sentimientos de ambos y abordar una solución. La mujer nunca debe reprocharle la situación a su pareja; tampoco estar tan pendiente de la erección, como evidentemente está él, incluso puede cambiar el foco y buscar la erotización de otras zonas, como una manera de relajarse y excitarse por diferentes vías, sin centrar todo en el pene, y mucho menos debe comparar la performance con la de parejas anteriores. No creo que exista algo tan mortal para la autoestima masculina que pensar en que otros hombres satisfascían más en lo sexual a su pareja que él”, afirma el sexólogo Ezequiel López. Y en el mismo sentido agrega: “Es importante el diálogo para comprender y buscar soluciones; evitar comentarios o expresiones emotivas contraproducentes; crear recursos de placer no centrados en la penetración, y eventualmente, si el problema se hace recurrente, consultar a un sicólogo o médico experto en sexología”.

lunes, enero 01, 2007

Mis fantasías sexuales, ¿son normales?

Es la pregunta que muchos quieren hacer pero muy pocos se atreven. La imaginación prácticamente no tiene límites y refleja la riqueza de la mente humana. Sin embargo, dado lo privado del tem,a algunos estudiosos han decidido compartir los contenidos más usuales reportados por sus pacientes o personas encuestadas en estudios sobre sexualidad. A continuación algunas de las fantasías más usuales:
·Experimentación Este tipo de fantasía incluye todo aquello que la persona no se atrevería hacer en la vida real. Pueden ser circunstancias novedosas tales como estar con una estrella porno, hacerlo en un lugar público, o ser una prostituta. La fantasía puede incluir tener relaciones con animales o cometer incesto. Lo importante de la fantasía está en lo prohibido, en lo que nunca se ha intentado. Se recurre a este tipo de fantasía para superar el aburrimiento.
·Conquista El centro de las fantasías en donde se involucra la conquista está el elemento de poder. Este poder se puede expresar a través de ordenar, forzar o seducir a otro u otra a tener relaciones sexuales. Es un rol imaginario desde la posición de un dictador que consigue lo que desea sin necesidad de utilizar la fuerza física. Sin embargo, cuando en la fantasía se involucra la fuerza física se le clasifica como violación o sadomasoquismo. Pero básicamente en toda fantasía en donde hay seducción hay el uso de poder. Por otra parte, el juego de conquistar implica ser conquistado, forzado o seducido por otro. En una fantasía se pueden tener muchos papeles o roles, como por ejemplo sentirse indefensa, sentir miedo, resignación, obediencia ciega e incluso proteger a otra persona. Una subclase de esta fantasía de conquistador/conquista es la de dominación/humillación. En este caso no sólo se obtiene placer sino que se degrada a otra persona. La víctima puede ser obligada a utilizar ropas inusuales o a involucrarse en actos humillantes.
·Cambiando de pareja. Ésta es la fantasía más usual. Algunas veces la pareja imaginada puede ser un antiguo novio o novia. Lo más frecuente es que la fantasía involucre a alguien deseable como un amigo/a, vecino/a, un familiar, un maestro/a, un cajero/a o una persona creada por la imaginación. Muchas personas se incomodan cuando esta fantasía se da durante el encuentro sexual con su esposo/a. Aparecen sentimientos de culpa sólo cuando la persona lo interpreta como una infidelidad. Regularmente se sorprenderían ambos en saber que comparten la misma fantasía. Otros integrantes muy usuales de este tipo de fantasía son estrellas del cine, la música o la televisión.
Así son las fantasías sexuales, uno puede ser o no ser lo que más se desee.
•Sexo en grupo: Es muy común esta fantasía la cual involucra el cambiar de pareja. Los contenidos van desde orgías al mejor estilo romano hasta un hombre que fantasea tener sexo con dos mujeres o una mujer teniendo relaciones con dos hombres. En ocasiones estas fantasías varían de lo heterosexual a lo bisexual. Algunas personas a quienes se les ha preguntado sobre este tipo de fantasía insisten en que les gustaría experimentarla alguna vez.
•Voyerismo: A algunas personas les excita ver a otras personas teniendo relaciones sexuales. En esta fantasía, quien observa no participa de la acción y puede ser o no visto por el resto del grupo. En ocasiones durante la fantasía la persona que la experimenta alcanza altos niveles de excitación y decide unirse al grupo. Este tipo de fantasía no es inusual entre parejas casadas que fantasean ver a su pareja teniendo relaciones con otra persona.
•Violación: Quiero dejar muy en claro que una mujer que experimenta esta fantasía en ningún momento desea ser violada. Muy por el contrario, desea salir de una posición pasiva sexualmente a una agresiva. La mujer le exige al perpetrador de su fantasía como desea tener la relación pero a su vez desea ser sometida por el mismo. Algunos hombres tiene esta fantasía, sin embargo es de tipo homosexual, esto no indica que quien lo fantasee lo sea, ya que es algo que no ha solicitado en su fantasía sino que ha sido forzado a realizar.
•Encuentros idílicos: Muy por el contrario al tipo de fantasía anterior está la fantasía cargada de romance. En esta se encuentra a una persona completamente extraña en un lugar idílico como un jardín tranquilo, una playa en luna llena, un paraíso tropical, en fin, todo lo ideal para que el romance se encienda de inmediato, y después cada uno sigue su camino sin compromisos ni ataduras emocionales.
•Sadomasoquismo: Infligir dolor (sadismo) o recibir dolor (masoquismo) puede ser una fuente de excitación sexual para algunas personas. La fantasía sadomasoquista incluye golpes, latigazos, ataduras, encadenamientos, uso de esposas, quemaduras y otras que victimizan a uno y ayudan a victimizar al otro. La fuerza física o el dolor están presente y usualmente lo que activa esta fantasía es la protesta o queja de la víctima. Como mencioné antes como en esta y otras fantasías no existe un deseo genuino de vivir la misma.